martes, 4 de octubre de 2016

Conociendo a mis vecinos extranjeros

Todo empezó en la edificación donde vivía, era virgen por aquel entonces y mis vecinos eran extranjeros, ella era una bella rubia y alta, muy preciosa, ojos azules y pelo rubio tenia más o menos 26 años y era maestra de tenis, el esposo un hombre de treinta y dos años, no tan alto, de ojos azules, rubio y porte grueso, el era diplomático en el consulado de mi país, admiraba a la mujer realmente me agradaba mucho y usé la masturbación múltiples veces fantaseando con ella.

Un día coincidimos en el ascensor del edificio ella, su marido y yo y me afirma, te agradaría ir a mi casa podríamos ver unas películas, era tímido y no respondí nada, en ese instante pensé; la mujer que me agrada me invita a su casa, el esposo me puede matar si se entera que me agrada su esposa, mas es mi ocasión de verla pero de cerca y en su casa a esa linda mujer, no me importo la paliza que me podían dar y le afirmé que si, el me afirmó que fuera sobre las 6:30 de la tarde.

A las 6:30 en punto bañado y perfumado toco la puerta de mis vecinos, me abre la puerta el esposo, me afirma pasa que bueno que viniste, siéntate donde desees ya te atiendo, me siento en un sofá largo de cuero, en frente de un TV gigante como de cien pulgadas, llega el esposo y me ofrece una bebida sabrosísima realmente, pone un DVD de una película erótica, nada de porno gay pero se veían tetas y muchos culos, en ese instante sale la esposa del cuarto, solo tenia puesto una bata china de color colorado, y afirma excusa me duchaba, se me puso dura la polla solo de ver sus piernas, estaba descalza y la bata solo cubría hasta su pelvis, se le veía la lencería, era una tanguita prácticamente como un hilo, me hago el tonto y miro al esposo, el me afirma apacible estamos en confianza y le afirma a la esposa algo en su idioma, ni la más mínima idea de lo que le afirmó, mas vino y se sentó al lado mio, el esposo afirma, ya vengo voy a bañarme.

Entonces ella sube las piernas sobre el sofá y me afirma, te agradan mis piernas, pensaba, esta desquiciada, y me afirma que su esposo no es receloso, el sabe que tu me agradas, yo estaba temblando y no solo de los nervios, creo que la excitación que me ponía ella y afirma, solo deseo estar contigo y vamos a pasarlo muy pero que muy bien, al fin me salio una palabra y le afirmé, vale. Empieza a acariciarme y besarme el cuello, mi pene se salia del pantalón, entonces me afirma ven vamos a esta habitación, me levanto y la prosigo entramos en una habitación llena de porno y juguetes eróticos, me sorprendo, una vez en la cama saca mi polla que no es muy grande, asimismo no tengo nada de pelo en mi cuerpo, me dio la sensación de que no le gustó mucho pero ella empezó a chupar la polla sin parar y se me puso todo lo dura que se podía poner

En ese instante entra el esposo a la habitación desnudo, miro su pene y era grueso, grande y venoso, de color colorado, cabeza roja, era la primera vez que veo a un hombre desnudo y un pene, no dejaba de mirarlo, el se sienta en un sillón cerca de la cama, empieza a masturbarse, lo miraba y pensaba, ¿que me pasa?, no comprendo me agrada esa polla pero también el coño de la esposa. Ella le dice algo al oído y él se acerca sillón y se acuesta al lado mio mirando, el me pone su rabo a centímetros de mi cara, estaba tan cerca que su fragancia llegaba hasta mi, olía a sexo de macho, veía su verga y siento que la esposa se detiene para de chuparla, en ese instante tomo la resolución de introducir ese rico pene en mi boca, era la primera vez que introduzco un cipote en mi boca, era como sentir una energía sensual y erótica que corría por mi cuerpo. Acababa de descubrir gracias  a esos maduros que era bisexual...

El empieza a masturbarme y acariciarme las nalgas, me monta sobre de el en forma de sesenta y nueve y empieza a lamerme el ano y siento como me penetra con la lengua, ya no soportaba y me corrí en su mano y el pecho de mi leche, le prosigo chupando su verga hasta el momento en que el se pone en la cama, arrodillado en frente de el absolutamente entregado a ese rico pene, y empieza a terminar en mi boca, su leche era caliente y un dulce elixir, se acuesta junto a mí y me afirma, jamás te han penetrado verdad, le digo, es mi primera vez, el afirma, te gusto, digo, si mucho y lo disfrute. Decidimos ir a darnos a bañarnos junto, ven vamos, en el momento en que me levanto veo a la esposa sentada en el sillón masturbándose y pensé, que extraño es este planeta, se esta masturbando con un pene de látex, no precisamos un pene de látex, por el hecho de que tenemos con que penetrar y por donde ser penetrados.

En el baño ya antes de bañarnos me enseña como debo hacer con mi cuerpo y mi culo ya antes de ser penetrado, el me afirma, todo lo que te enseñe depende de que tu sexo sea triunfante a un descalabro, comprendí realmente bien y entramos en la ducha, el me enjabona mi cuerpo y me pone de espalda a el, me afirma, si te duele me afirmas, mis piernas me temblaban y aguardaba algo muy doloroso, poquito a poco el empieza a penetrarme y me preguntaba si estaba bien. Yo estaba cada vez más excitado y le solicitaba que la metiera más, poquito a poco lo metió todo hasta el final y empezó a darme con un buen ritmo.

Solo sentía placer mucho placer, de mis labios solo salían involuntariamente gemidos, mi cuerpo y trasero plenamente entregados a mi amante, cada vez sentía más dura esa polla rica y pensaba en que estaba desgarrando mi virginidad, el placer y la adrenalina corría por mi cuerpo, el toma mi pequeño pene y empieza a masturbarme que rico ser masturbado y penetrado al unísono, en solo minutos volvió a salir de nuevo mi leche y el proseguía dándome y acariciando mi pene ya sin leche y me encantaba, hasta que noté cómo su polla latía como un corazón y estaba eyaculando dentro de mi.

Después de esto los tres fuimos amantes un par de años, pero desgraciadamente volvieron a su país y jamás volví a repetir una experiencia como esta.